El mayor obstáculo en el horizonte para la integración que promueve Lula está en la negociación de un acuerdo de libre comercio entre China y Uruguay. El uruguayo Luis Lacalle Pou busca un acuerdo bilateral de libre comercio con el gigante asiático, algo prohibido por el Mercosur, que obliga a sus integrantes —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay— a negociar de forma conjunta con países ajenos al bloque. Ha decidido avanzar por su cuenta tras las dificultades del bloque para cerrar acuerdos comunes significativos, como el negociado durante dos décadas con la Unión Europea, que fue cerrado en 2019 y está pendiente de ratificación.
El presidente uruguayo defiende que la negociación bilateral con China no está reñida con su pertenencia a Mercosur y que una vez alcancen un acuerdo ofrecerán a los demás integrantes del bloque sumarse a él. “Si es con Mercosur mejor, a nadie escapa la fuerza que puede tener”, declaró en rueda de prensa Lacalle Pou. El mandatario defendió que “Uruguay necesita abrirse al mundo”, en una crítica velada a las políticas proteccionistas de sus vecinos Argentina y Brasil.
Ante los llamados a la integración regional encabezados por Lula, Lacalle Pou ha lanzado un órdago en la Celac: “¿No será momento de sincerar estas relaciones y que desde la CELAC se impulse una zona de libre comercio […] desde México hasta el sur de América del Sur?”. Lacalle Pou ha instado a los gobernantes a pensar en proyectos de integración que dejen de lado las ideologías porque, de no ser así, serán “de corta vida”.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha celebrado el cambio de rumbo después de años en los que la voz de América Latina ha sido “cada vez menos escuchada”. Para Petro, la crisis climática ofrece una gran oportunidad para crear proyectos regionales, dada la importancia de la selva amazónica, el mayor pulmón del mundo, para combatirla y la capacidad de muchos países latinoamericanos para generar energías limpias que contribuyan a la descarbonización de las economías mundiales.
La convocatoria de jefes de Estado en Buenos Aires ha sido finalmente menor a la esperada, con importantes ausencias, como la del presidente de la segunda economía latinoamericana, el mexicano Andrés Manuel López Obrador. Maduro desistió de viajar a última hora por razones de seguridad, en medio de protestas convocadas en su contra y el rechazo expresado por la oposición argentina. Sin Maduro, el número de manifestantes a las puertas de la sede del evento no superó el centenar.
Entre los 13 mandatarios presentes están los citados Lula da Silva, Lacalle Pou y Petro, el chileno Gabriel Boric, el boliviano Luis Arce y el cubano Miguel Díaz-Canel.
Avance de la ultraderecha
En su discurso de inauguración, Fernández ha llamado a fortalecer la institucionalidad y la democracia ante el avance de “una derecha recalcitrante y fascista” y ha puesto como ejemplos el asalto al Congreso de Brasil y el atentado fallido contra la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. El anfitrión se ha posicionado en contra de los bloqueos económicos que sufren Venezuela y Cuba, pero no ha hecho mención alguna a la falta de libertades en ambos países.
El mandatario argentino tampoco ha hecho referencia a la profunda crisis institucional que atraviesa Perú, con una sucesión de presidentes en los últimos años. La represión de las protestas en las calles contra la actual mandataria, Dina Boluarte, ha causado ya cerca de medio centenar de víctimas mortales.
Durante su intervención, el presidente chileno, Gabriel Boric, ha criticado el violento desalojo policial de los manifestantes acampados en la principal universidad de Lima: “Es inaceptable también que las universidades de América revivan las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del Cono Sur como sucedió recientemente con el violento ingreso de la Policía a la Universidad de San Marcos”. Boric ha subrayado que las muertes deberían “escandalizar” a los mandatarios latinoamericanos y se ha ofrecido para contribuir a una solución dialogada.
López Obrador también se solidarizó con el pueblo peruano a través de su participación a distancia: “Hay que suscribir conjuntamente un comunicado para exigir que cese la represión, que se abra el diálogo, que sea el pueblo el que decida en democracia, es decir, en elecciones limpias, libres sobre el destino de Perú”.
Hermetismo
La reunión de los representantes de la Celac es a puerta cerrada en medio de un fuerte despliegue de seguridad. Con excepción del de Fernández, los discursos de los representantes de la Celac no se transmiten en vivo, pero varios han sido difundidos —total o parcialmente— a posteriori por los distintos equipos de prensa presidenciales.
En medio de la cita regional se ha conocido la filtración de una grabación de la canciller chilena, Antonia Urrejola, y su equipo, en la que se mostraban enojados por la queja pública del embajador argentino en el país trasandino, Rafael Bielsa, tras la cancelación del proyecto minero Dominga. La filtración ha provocado la renuncia de la jefa de comunicaciones de la Cancillería chilena, pero por ahora no ha tenido respuesta pública del lado argentino.
La cumbre finalizó esta tarde con una declaración conjunta de cien puntos y el anuncio del sucesor de Alberto Fernández al frente de la Celac. El jefe del Estado caribeño de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalves, fue elegido por consenso.