Rita la  Santa de lo imposible vida celestial y terrenal

La vida de santa Rita es como una aventura fascinante. Es entrar en un mundo superior en el que se mezcla lo humano y lo divino, lo terreno y lo celestial. Por supuesto que Rita no nació santa. Pero ya desde toda la eternidad Dios la había escogido para serlo y ella, en los diferentes estados de su vida como hija, esposa, madre, viuda y religiosa, supo cumplir la voluntad de Dios y así llegar a alcanzar un grado eminente de santidad.
Rita es una de las santas más populares del mundo. Dios se ha glorificado, haciendo grandes milagros por su intercesión y es llamada abogada de imposibles. Ella fue una mujer sencilla y humilde, que sigue viva entre nosotros, manifestándose por medio de un perfume que se siente, especialmente en su sepulcro, cuando va a realizarse un milagro.

Santa Rita es la mujer del amor incondicional a Dios, la hija que supo obedecer a sus padres, la esposa que amó y supo hacer feliz a su esposo, y que se entregó por entero a sus hijos, como
una verdadera madre. Ella supo perdonar sin condiciones y aceptó participar en la cruz de Cristo con una espina de su corona. Ella es
la santa de todos y de cada uno. Una santa cercana, que nos acerca a Dios y nos enseña a perdonar y a amar sin condiciones.

Sus padres.
Rita nació el año 1381 ó 1382 en Roccaporena, un pequeño pueblecito perteneciente al municipio de Casia del que dista cinco kilómetros. Su padre se llamaba Antonio Lotti. Así consta en un acta notarial del 10 de abril de 1446. S madre, según la tradición, se llamaba Amata Ferri y parece que ya pasaba de los 40 años y había perdido la esperanza de tener hijos. Pero Dios le concedió el regalo de esta hija única a quien pusieron por nombre Margarita, del que viene su actualnombre abreviado de Rita.Sus padres pertenecían a familias de propietarios y eran cultos, pues eran pacificadores y debían tener estudios, ya que la tarea de pacificación se hacía ante testigos y se redactaba un acta notarial.

Matrimonio.
No se sabe exactamente a qué edad se casó. Las normas establecían que, como mínimo, debía tener 12 años. Según muchos autores tendría unos 14 años. Sería el año 1395 y se casó en la iglesia de san Montano de Roccaporena, donde fueron sepultados sus padres y donde fueron sepultados su esposo y sus hijos.
La ceremonia fue sencilla, de acuerdo a las costumbres de entonces, pues estaban prohibidas las celebraciones lujosas.

Asesinato de su esposo.

Después de 18 años de vida conyugal, asesinaron a su esposo. En la actualidad, se muestra el lugar en el que según la tradición fue asesinado Pablo. Está en un ángulo de la actual
carretera estatal, a poca distancia de Roccaporena, junto a las viñas de la torre de Collegiacone, junto al molino de los señores
Remoli de Poggiodomo. ¿Cuál fue el motivo? Algunos hablan de la revolución popular
que estalló el año 1413 entre güelfos y gibelinos.
Así lo afirmó en el proceso sobre su beatificación en 1626.

Antonio Cittadoni que decía haberlo oído a su abuelo César y que afirma: He oído siempre decir, tanto a mi abuelo César como a todos los ancianos de esta tierra, que la beata Rita escondió la camisa ensangrentada de su esposo cuando fue asesinado para que, no viéndola sus hijos, no se movieran a venganza.
Pero el problema no estaba solucionado con que ella perdonara. En aquel ambiente de luchas y venganzas, los hermanos y familiares del esposo quisieron vengarse. Rita vio con dolor cómo hablaban constantemente de venganza y así envenenaban el ánimo de sus hijos, que tendrían alrededor de 15 años. La tradición, recogida por todos los biógrafos, concuerda en decir que Rita se dedicó con intensidad a orar para evitar las
venganzas en las que pudieran estar involucrados sus hijos. Ellos también podían estar en la mira de los asesinos para no temer nada de ellos el día de mañana. Pero también podían verse envueltos en un asesinato y podían ser condenados a muerte. En esas circunstancias, pudo haber formulado al Señor el deseo de preferir ver muertos a sus hijos antes que asesinos. De hecho, los dos jovencitos murieron en el plazo de un año, probablemente debido a la peste que azotó aquella comarca.

Después del sufrimiento por la pérdida de sus hijos y de su esposo, Rita se dedicó con sumo interés a hacer las paces entre la familia de su esposo y los asesinos. Parecía una misión imposible.
Más que comprenderla, sus familiares se sentían indignados y escandalizados por su actitud, que les parecía anormal. Y ella tuvo que acudir a la oración para encontrar en Dios la paz y la fortaleza que necesitaba en aquellos difíciles momentos.

Una visión la ingresó al convento

Rita tocó las puertas del convento de santa María Magdalena pero fue rechazada, según algunos como Cavallucci, hasta tres
veces. La causa no era por ser viuda, ya que en otros conventos también había viudas, sino probablemente, porque todavía podían
existir serias dificultades con los asesinos, que podían llevar los problemas hasta el convento, quebrantando así la paz conventual.

En el Breve relato, escrito por las religiosas en 1628, dicen: Redoblando la oración y las lágrimas, se humillaba ante la mirada
de Dios, atribuyendo a su demérito y a sus pecados la repulsa que le daban… Finalmente, la misericordia de Dios la consoló. Una
noche oyó una voz que la invitaba al monasterio. Rita vio a san Juan Bautista que se encaminaba hacia un altísimo peñasco llamado Schioppo, de Roccaporena. Allí fue por breve tiempo
abandonada para que comprendiera la altitud del lugar y la sublimidad de la perfección religiosa a la que Dios la llamaba y viera el horror de la caída. Mientras estaba allí, tímida y ansiosa, fue consolada por san Juan Bautista, que llegó en compañía de san Agustín y de san Nicolás de Tolentino. Estos tres santos la
tomaron y la colocaron, de modo incomprensible para ella, dentro del monasterio y desaparecieron. A la mañana siguiente, las religiosas la encontraron dentro del claustro sin saber cómo había entrado, estando las puertas cerradas. Pero ella les contó de modo sencillo lo que había sucedido y, reunidas en Capítulo y por divina disposición, la aceptaron como religiosa.

Este suceso de la entrada milagrosa en el convento, ¿fue real tal como lo narran las religiosas de su convento? ¿O fue una visión
tal como lo entendieron los jueces del proceso de beatificación? . Estos, al examinar la tela antiquísima del convento, donde aparece
una pintura de Rita con san Juan Bautista, san Agustín y san Nicolás de Tolentino, vieron una inscripción al pie, que decía: Cuando a la beata Rita vinieron en visión san Juan Bautista, san Agustín y san Nicolás de Tolentino para hacerse monja. Aquí se habla de visión. Pudo ser así o pudo ser un milagro de Dios. En la vida de algunos santos, como san Raimundo de Peñafort, san Martín de Porres y otros, se habla de que tenían el carisma de sutileza y podían entrar en ciertos lugares, estando las puertas y ventanas cerradas. Pero sea lo que fuere, lo importante es saber que entró al convento con la ayuda extraordinaria de sus tres santos predilectos.Quizás ellos allanaron el camino para llegar a la reconciliación con los asesinos y así se solucionaron los inconvenientes para entrar en el convento.

Rita entró al convento el año 1417 con unos 36 años y allí vivió 40 años. Entre sus compañeras estaba Mariola Jacobi, futura abadesa, y Francesca Bartholomei de Caterina Mancini (parientedel esposo de Rita).
Rita se dedicó a una vida de intensa oración. Amaba mucho a la Virgen María. En la iglesia de san Francisco de Casia hay una pintura que representa a Rita llevando un rosario compuesto por más de cincuenta cuentas, ya que en su tiempo se rezaba la corona de la Madonna (Virgen) compuesta de sesenta cuentas, divididas en seis partes. En cada una de ellas se meditaba en un misterio de Cristo o de la Virgen y se rezaban diez avemarías.

También en la tela antiquísima se ve a Rita arrodillada delante de un Cristo con las manos juntas y con la corona del rosario.
Además, según cuentan sus biógrafos, ayunaba todas las vigilias de la Virgen a pan y agua en su honor.

LA ESPINA
El acontecimiento central de la vida de santa Rita, el más seguro y mejor documentado, se refiere a la espina de su frente. Es
lo que más se conoce de su vida. Veamos lo que escribieron sus  hermanas en 1628: Empleándose toda en la oración, se entretenía
con grandísimo gusto espiritual en la contemplación de la dolorosa
pasión del Señor. Y fue largamente recompensada, porque, predicando un Viernes Santo en Casia el beato Giacomo della Marca de
la Orden de los Menores, se dejó llevar por su fervor al tratar de los atrocísimos dolores del Salvador con tanto sentimiento que los oyentes quedaron no mediocremente inflamados.
Pero Rita, conmovida más que ningún otro, se sintió arrebatar por un vehemente deseo de participar de algún modo de los tormentos de Cristo. Retirada a su celda y echada a los pies de un crucifijo, que hoy se conserva en el oratorio del monasterio, comenzó a suplicarle con amargas lágrimas que le comunicase, al menos, una partecita de sus penas. Al momento, por milagro singular, una espina de la corona de Cristo le hirió la frente de tal manera que la llaga le permaneció impresa e incurable hasta la muerte, como aún se ve en su santo cadáver.

Milagros.
● Cuando era niña, sus padres vieron salir abejas por du boca, evento que fue presenciado por familiares, conciderado un acto dado por Dios.

● Rita tenía unos 60 años. Era el año 1442. Sabemos por los testimonios del proceso de 1626 que la herida de la frente se
transformó en una llaga dolorosa que desprendía mal olor. Por eso, dicen sus biógrafos, pasaba mucho tiempo en la soledad y oración para no ofender a sus hermanas con el mal olor. Según el epitafio escrito en la “caja solemne” o ataúd en el que colocaron su
cuerpo en 1462, a los cinco años de su muerte.

● El año 1450 el Papa Nicolás V decretó la celebración del Año Santo en Roma.  Algunos lo llaman el jubileo de los seis santos, pues asistieron san Juan de Capistrano, Juan de la Marca, Diego de Alcalá, Pedro Regalado,
Catalina de Bologna y Rita de Casia. Los seis, aunque sin conocerse, asistieron el 24 de mayo de ese año a la canonización de san Bernardino de Siena. El hecho es que las religiosas de su convento quisieron ir a Roma para ganar el jubileo y la abadesa le manifestó a Rita que
ella no podía ir debido al mal olor de la llaga de su frente.
Las religiosas, mirando la indecencia que podía resultar de llevar en su compañía a una llagada maloliente, la exhortaron con mucha caridad a quedarse. Rita, con gran fe, hizo que le llevaran un poco de sencillo ungüento del boticario y, tocándose con él la frente, la herida se cerró de manera que no aparecía deformidad.
Así pudo ir a Roma a venerar aquellas santas memorias de los mártires y ganar el jubileo. Y así que regresó la santa viuda de Roma, la herida volvió a quedar como antes.Oración.

Oración
Beata eres, Rita, porque con firmeza y valentía
te hiciste luminosa en la cruz, donde tuviste
que sufrir grandes penas…
¿A qué gran mérito pudiste atribuir el privilegio,
que no tuvo ninguna otra mujer, de recibir
una de las espinas de Cristo?
Obró no por interés humano ni por recompensa,
sino sólo porque encontró en Cristo su tesoro
y a Él enteramente se entregó. Y no te pareció estar bien purificada, que padeciste durante 15 años con la espina antes de pasar a la gloria celestial. Año 1457.

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