Ocho países de la Amazonia con el poder de salvar el planeta

La selva amazónica abarca ocho países muy distintos entre sí. Atender estas diferencias y particularidades es fundamental para evitar la deforestación y frenar el calentamiento global

EDUARDO LUIS HERNÁNDEZ

La Amazonia es un territorio de más de siete millones de kilómetros cuadrados y una de las áreas de mayor biodiversidad en el mundo. Ha contribuido por siglos en la conservación natural del planeta gracias a las toneladas de dióxido de carbono que absorbe, uno de los gases que contribuye a incrementar el efecto invernadero, acelerando el cambio climático.

Estamos ante una región por demás compleja, ya que su cuenca abarca ocho países distintos, con diferentes proporciones de territorio selvático, entre los que se encuentran: Brasil, con 61,8%, Perú con 11,3%, Bolivia un 8,1%, Colombia con 6%, así como Venezuela con 5,6%, Guyana un 2,6%, Ecuador con 1,7%, Surinam 1,7% y el departamento de ultramar de la Guayana Francesa con 1,1%. Es un área vasta donde habitan más 40 millones de personas, entre ellas unos 410 grupos indígenas con diversas lenguas y culturas. En esta historia, unificar los esfuerzos en pro de la conservación de la zona es una tarea difícil, pero de vital importancia para la humanidad.

Existen varias amenazas sobre el bosque amazónico, pero sin duda la más preocupante es la deforestación. En 2021 un grupo de científicos se manifestó en el Informe de Evaluación de la Amazonia, donde recomendaron una prohibición inmediata de la tala de bosques en un área de dos millones de kilómetros cuadrados en el todo el sur de esta selva.

“Entre el 18% y el 20% de la selva tropical ya ha sido deforestada y otro 38% se está degradando. Los científicos aseguran que si alcanzamos el 25% de deforestación llegaremos a lo que llaman un punto de inflexión con cambios que resultarán en el colapso del ecosistema amazónico”, explica Genevieve Connors, gerente de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Economía Azul para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.

La Amazonia es parte de un círculo virtuoso, considerado un bien público global, por lo que su colapso o degradación extrema puede desestabilizar el sistema climático mundial.

Los países de la Amazonia han realizado esfuerzos para conservarla. En 1978 se firmó el Tratado de Cooperación Amazónica y en 2019 el Pacto de Leticia por la Amazonia.

“Yo diría que estos son excelentes intentos. Todavía son pequeños en relación con las necesidades de la región y los nuevos gobiernos. Por ejemplo, en Colombia y Brasil ya están pensando mucho en ese sentido: ¿Qué pueden hacer para agregar más? ¿qué pueden hacer para unir a estos países de una manera más fuerte, para conservar y evitar el punto de inflexión? Otro ejemplo es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o la COP28, que este año será en Dubái. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha recibido confirmación para albergar la COP30 en dos años [además de reducir a cero la deforestación en 2030]. Para 2025, en la ciudad de Belém, en el estado de Pará, hay una serie de cumbres en preparación. Traer más liderazgo regional para resolver el problema de la Amazonía es una de las prioridades de su gestión”, explica Connors.

El Pais//

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