Independientemente de los comentarios maliciosos que pueda despertar, especialmente en estos países “machistas”, la evidencia científica sugiere que, para los hombres, orinar sentado puede ser beneficioso. Y ya es una práctica común en países europeos
Humberto Contreras
La explicación comienza indicando que cuando un hombre orina de pie, los músculos del suelo pélvico y el esfínter uretral pueden estar más tensos. Al sentarse, estos músculos tienden a relajarse más, lo que puede facilitar un vaciado más completo de la vejiga.
Este hecho, es particularmente relevante para hombres con hiperplasia prostática benigna o agrandamiento de la próstata. De acuerdo con una consulta a IA, un estudio publicado en la revista PLoS ONE en 2014, encontró que en hombres con hiperplasia, orinar sentado se asociaba con mayor velocidad de flujo urinario máximo, y menor volumen residual post-miccional. Es decir, que la vejiga se vacía de manera más eficiente.
Ello reduce el riesgo de infecciones del tracto urinario, dado que cuando la vejiga no se vacía completamente, la orina residual puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias, aumentando el riesgo de infecciones. Un mejor vaciado reduce este riesgo
Del mismo modo, justifica el estudio, sentarse para orinar permite una mayor relajación de los músculos pélvicos, lo que puede contribuir a una experiencia más cómoda y eficiente.
Sin embargo, para hombres jóvenes y sanos sin problemas urológicos preexistentes, la diferencia en el vaciado de la vejiga entre orinar de pie o sentado es mínima y probablemente no tiene un impacto significativo en su salud urinaria a largo plazo.
¿Es verdad que hay varios países europeos donde los hombres lo hacen? Sí.
Es cierto que en varios países europeos, particularmente en Alemania, Austria, Países Bajos y los países nórdicos, como Suecia y Dinamarca, la práctica de orinar sentado es más común y socialmente aceptada entre los hombres. En estos países, no es raro encontrar señales en baños públicos o incluso en los hogares, que sugieren o exigen a los hombres orinar sentados.
Esto se debe a una combinación de factores, como por ejemplo más higiene, pues orinar sentado reduce significativamente las salpicaduras de orina, lo que contribuye a una sala de baño más limpia e higiénica. Igualmente es señal de educación y socialización, ya que en algunas culturas, se enseña a los niños desde pequeños a orinar sentados, promoviendo la costumbre.
Otra consecuencia positiva que justifica esta costumbre, es el respeto en el hogar: En muchos hogares, las parejas femeninas pueden preferir que los hombres orinen sentados por razones de higiene y limpieza.