La recomendación general y de expertos es lavar la ropa nueva antes de usarla por primera vez, porque ella puede ser una causa de contaminación y generar afecciones en la piel
Humberto Contreras

Algo que mucha gente hace al comprar ropa en tiendas, es salir de la misma con la ropa nueva puesta. Pero, aparentemente, según explican los expertos, lo cierto es que hacer eso no es lo más recomendable. Es un gran riesgo para la salud, en especial, de la piel.

 

En una nota publicada por el diario español ABC, se señala que la cuestión puede parecer una tontería, pero más de uno se llevaría una sorpresa al saber lo que ocurre con muchas prendas nuevas, antes de incorporarlas a tu vestuario.
Sobre el tema consultamos IA, y confirmando la información, nos revela las razones para lavar la ropa acabada de adquirir en la tienda, las cuales quitan las ganas de estrenar una prenda sin pasarla antes por la lavadora.
Aunque en los establecimientos comerciales se utilizan diversos productos para mantener la ropa limpia, y que si una prenda queda en mal estado luego de pasar por varias “probadas” de presuntos clientes, se retira de la exhibición, eso no significa que las que se exhiben no haya pasado por decenas de manos y de cuerpos antes de ser adquirida.
Las razones
Son varias las razones que sostienen la necesidad de lavar las prendas de vestir recién adquirida en un almacén. La primera es la eliminación de residuos químicos. En el proceso de fabricación, las prendas se tratan con diversas sustancias químicas como tintes y fijadores de color, que podrían no haber sido eliminados completamente y causar irritaciones o reacciones alérgicas en la piel, especialmente en personas sensibles.
Además, hay otras sustancias como formaldehído y conservantes, que se usan para mantener con buen aspecto la ropa en exhibición, sin arrugas, y para prevenir el moho durante el transporte. Estos residuos pueden provocar dermatitis de contacto y otras molestias cutáneas o respiratorias.
Otra razón, es la eliminación de gérmenes y microorganismos. Aunque la ropa parezca impecable, no está limpia en el sentido higiénico. En primer lugar, por la manipulación pues las prendas pasan por muchas manos, desde los trabajadores de la fábrica, embaladores, personal de tienda, hasta los múltiples clientes que se las prueban, antes de que tú la compres.
Igualmente, durante su exposición en tienda, las piezas pueden acumular polvo, ácaros, bacterias, y residuos de secreciones como sudor, flora de la piel, y otras, de las personas que se las han probado, y que circulan cerca de ellas, tocándolas, comúnmente con las manos no muy aseadas.
En casos extremos, y aunque el riesgo no sea alto, dermatólogos advierten sobre la posibilidad de contraer piojos, sarna u hongos debido a la contaminación cruzada. Esto es especialmente relevante para la ropa interior, trajes de baño y cualquier prenda que tenga contacto directo y prolongado con la piel.
Igualmente, la lavada preestreno evita irritaciones y reacciones en la piel. El lavado ayuda a suavizar el tejido y a eliminar el exceso de sustancias que puedan ser irritantes. Es un paso preventivo fundamental, sobre todo cuando se trata de ropa para bebés y niños pequeños con piel muy sensible, o para personas con piel atópica, alergias o tendencia a sufrir irritaciones cutáneas.
En resumen, concluye IA, lavar la ropa nueva antes de estrenarla es una medida sencilla pero importante de higiene y salud de la piel, que elimina tanto los restos químicos del proceso de producción como la suciedad y los microorganismos adquiridos durante su manipulación y exposición.
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