La proyección ha terminado. Los espectadores aplauden. La emoción es palpable. En el Estudio 1 de Lauicom, la Universidad Internacional de las Comunicaciones que dirige la rectora Tania Díaz, se está inaugurando la Cátedra y la Escuela Internacional de Cine. El proyecto más inmediato de la nueva academia es la realización de una película biográfica sobre San José Gregorio Hernández, el «médico de los pobres» que acaba de ser canonizado por el Vaticano.

Especial/ Geraldina Colotti /InfoRéplica+  6 de noviembre de 2025.

Una figura que el director, Rubén Hernández Remón, define como «nuestro símbolo espiritual». El evento interactivo que acaba de concluir y que involucró a los espectadores y espectadoras, revela su enfoque cinematográfico, tan audaz como profundamente arraigado en el contexto venezolano.
El núcleo de la innovación reside en los eventos inmersivos, segmentos que actúan como puente entre la obra fílmica y el público. Una fusión de teatro y cine, que escenifica los planos a rodar de la película, permitiendo al público observar en tiempo real el proceso de realización: escenografía, iluminación, efectos especiales y producción. El objetivo es doble: por un lado, servir como método didáctico para la recién creada escuela de cine; por otro, ofrecer al público una visión inmersiva.

Crítica e Impacto Emocional

El éxito de esta técnica es inmediato y potente, resultado debido al alto nivel estético, y a la rigurosa interpretación de Leonardo Pinto, el actor que encarna a José Gregorio, quien es capaz de vivir el personaje y transmitir su intensidad emotiva.
Este enfoque interactivo y transparente encaja perfectamente con la misión artística de Hernández Remón: la búsqueda obsesiva de la justicia y la verdad. El evento interactivo no es un simple show, sino un acto de deconstrucción y compartición de la historia de una figura popular que está en la cotidianidad del venezolano como símbolo espiritual y del cual no conocemos muchos detalles de su vida y obra.
El uso de la performance en vivo (teatro) junto con la producción cinematográfica (monitores, efectos) transforma el rodaje en una experiencia comunitaria, casi mística, reflejando la íntima conexión del pueblo venezolano con José Gregorio. El propio director nos confiesa en la entrevista haberse conectado con el personaje a través del dolor de la ausencia materna: un hilo conductor emocional que confiere al proyecto una resonancia que va más allá de la simple hagiografía para abordar temas universales como la perseverancia, la resiliencia y la fuerza del espíritu.

Soy un hombre obsesionado con la justicia. En todas mis películas siempre busco la verdad”. Entrevista al cineasta venezolano Rubén Hernández Remón

Geraldina Colotti

¿Por qué eligió presentar su trabajo en este espacio?

Aquí, en el Estudio 1 de la Universidad Internacional de las Comunicaciones, estamos hoy inaugurando un espacio de trabajo para la cultura, un espacio de trabajo para la enseñanza, donde Lauicom va a tener una cátedra de cine y una escuela de cine internacional. Va a venir gente de otros países y vamos a hacer intercambios con otras universidades, intercambiando experiencias y conocimientos con otras instituciones del mundo. Estamos haciendo contactos, arrancando con nuestra cátedra, y esta película que estamos haciendo es la primera de esta academia nueva o esta institución que estamos inaugurando.

¿Cuál va a ser la orientación de la Academia de Cine que usted vas a dirigir? ¿Con cuál criterio se van a pedir los invitados? ¿Y por qué tipo de cine?

Va a ser una mirada universal, porque justamente como vamos a hacer coproducción con otros países, eso se establece a partir del guion y los intereses de cada uno de los países o de las instituciones o de los directores de cine. O sea, por ejemplo, en este caso, hablamos de una figura muy importante para los venezolanos. ¿Por qué? Porque es nuestro símbolo espiritual. Es un hombre que, antes de ser santo, ya lo había santificado el pueblo, desde principios del siglo. Apenas él murió, la gente lo empezó a venerar. El entierro de José Gregorio Hernández fue una cosa increíble. O sea, miles de personas fueron al entierro. No permitieron que lo llevaran en un carruaje. La gente lo llevó kilómetros en hombros hasta el cementerio. ¿Por qué? Porque él en vida, tuvo una vida muy noble. Un hombre entregado al pueblo. Un hombre de una condición humana extraordinaria. Entonces, bueno, estamos empezando con este proyecto, que se llama San José Gregorio Hernández, y este evento que es interactivo, este que estamos haciendo aquí, que es parte de la película.

¿Cómo describiría lo que hemos visto?

Se está filmando, de hecho, los interiores de algunos detalles de la película en este Estudio 1 de Lauicom. Se muestran técnicas, escenografía, iluminación, o sea, realización. Hay una cantidad de disciplinas que se ven en el estudio. Hay una cantidad de técnicas. Esas distintas técnicas se van a enseñar aquí. Este evento trata de lo siguiente. Nosotros nos pedimos: ¿cómo hacemos para que la gente se entere y vea la capacidad y cómo va a ser ese trabajo del estudio? Y lo que hicimos fue este evento. Es una especie de mezcla de teatro y cine. O sea, nosotros ponemos en escena los planos a filmar, pero la gente va a ver cómo se filma. Y además le ponemos monitores, hacemos efectos especiales para que lo vean previo a la filmación. Hacemos una producción para que sea un evento, para que sea interactivo, para que se vea esa visión inmersiva que tenemos.
Rubén Hernández Remón

Se veía gente llorando, porque efectivamente, hay un alto nivel estético, debido también a un guion, una escenografía muy bien hecha. ¿Quién la hizo? ¿Cómo se trabajó?

Bueno, hay dos cosas ahí. Una, la planta actoral. En el caso de Leonardo Pinto, que es nuestro José Gregorio Hernández, es un actor excelente, un hombre muy riguroso, es un hombre que construye sus personajes y los vive. Entonces, cuando tú le das la acción a Leonardo Pinto, él ya es el personaje, él ya es José Gregorio, y eso lo transmite. Por eso tu viste gente llorando, gente emocionada, porque primero que son escenas emotivas, y en segundo lugar, que lo transmite muy bien el actor. También el guion, todo el trabajo que se ha venido haciendo…

¿Quién lo ha escrito el guion?

El guion lo estoy haciendo yo, y voy a reclutar a Roberto Linares, que es dramaturgo, porque trabajó conmigo la parte del teatro, y la parte de cine la hago yo. Ya empezamos a trabajar juntos, y ha sido de verdad placentero, ha sido maravilloso.

Usted siempre tiene costumbre, en todos sus trabajos, de hacer una búsqueda histórica muy rigurosa. ¿Cómo fue en este caso?

Bueno, impresionante, porque tú sabes que José Gregorio Hernández, como te decía, es una figura para los venezolanos muy importante. Compleja también, porque como te digo, es nuestro símbolo espiritual. Yo crecí con José Gregorio Hernández en mi casa. Mi mamá era devota de José Gregorio Hernández, por ejemplo. En mi casa había fotos mía, de mi papá, de mis hermanos y de José Gregorio Hernández. Para mí es un personaje familiar. Y cuando yo me adentro en la investigación y empiezo a descubrir, a redescubrir a José Gregorio, me quedo impresionado. Impresionado por la resiliencia, por la fuerza, por la capacidad de superarse. Y además, lo apasionado que era. Un tipo muy disciplinado, muy estudioso. Un científico. Un sabio, porque no solo era científico. Él, además, era músico, y hasta se confeccionaba sus propios trajes, por ejemplo. Resulta que los hombres que tenemos esa visión de la vida, que no nos conformamos solo con una cosa, sino seguimos investigando, seguimos conociendo el mundo, seguimos con esa curiosidad, encarnamos características que son innatas en un venezolano. Y José Gregorio lo demostró con la multiplicidad. José Gregorio era un filósofo. Era un beato, pues, de alguna manera. Un hombre que estudió teología por pasión. Porque le gustaba. Porque lo apasionaba. Pero además fue un hombre que sufrió mucho a través de su vida, porque la mamá se le muere a los ocho años. Después se le muere el papá. Después se le muere el hermano menor, siendo atendido por él, como médico. Eso hace que él tenga una vida bastante, yo no diría de martirio, pero sí sufrida, ¿no? Porque además es un hombre tan sensible y que le ocurran cosas tan duras. De verdad fue triste para él.

Eso le da también una fuerza para elaborar este sufrimiento, para más compartir con el pueblo. Hay una escena muy bien hecha, que muestra el lado político de José Gregorio, cuando él se alista en defensa de la patria, de la soberanía, del coraje, de la valentía. ¿Cómo la reconstruyó?

Yo diría patriótico, más que político. Él nunca se metió en política. Fíjate tú que, te voy a decir una cosa, él siendo un apasionado de la religión, la iglesia, en el momento que él estaba en la universidad, cambia el papa, el papa muere y hay un papa nuevo. Ese papa nuevo, tiene que asumir una iglesia distinta, porque en Italia se habían perdido los estados vaticanos. O sea, ya el pueblo se le había alzado a la iglesia católica. La revolución francesa logró el germen en lo político y el positivismo había hecho despertar a la gente de un letargo absurdo en el que lo tenía. La religiosidad mal entendida. O sea, con la teoría de Darwin, la iglesia empezó a decaer. Ahora, fíjate tú que José Gregorio, entre otras cosas, para hacerte este inciso, él hizo un debate con otro científico que era compañero, profesor universitario igual, y de un excelente médico que era Luis Razetti. Luis Razetti era evolucionista y José Gregorio Hernández era creacionista, y tuvieron un debate en la universidad. Y de alguna manera lo gana José Gregorio, ¿pero por qué? Porque José Gregorio argumenta que él no está claro y dice, y yo creo que usted, doctor Razetti, tampoco debe estar muy claro, porque todo esto se basa en hipótesis, tanto el creacionismo como el evolucionismo. Estamos hablando de aquel momento histórico. José Gregorio Hernández, ese que decía y defendió el creacionismo, después corroboró el evolucionismo, y sin ser positivista, o sea, él no andaba en esa tendencia. Cuando llega el Papa León XIII a su papado, cambia la iglesia, porque ya se habían perdido los estados vaticanos, había perdido una influencia muy grande la iglesia en el mundo entero, y en Venezuela no quedó atrás. En Venezuela, de hecho, el liberalismo, lo primero que hizo fue, apenas Guzmán Blanco fue presidente, empezó a tener conflictos con la iglesia, porque la iglesia era… tú sabes que como en todo el mundo, que es cosa que mucha gente a lo mejor no la sabe, aquí no había registro civil. El registro civil era el bautismo, y mucha gente, todavía en pleno siglo XX, nada más tenía el registro civil como el registro de bautismo. Bueno, aquí expulsaron a las autoridades, no a la religión, a las autoridades, porque como estaban en política, bueno, pues hubo desencuentro político. Se ponen en contra del gobierno, y el gobierno pues expulsó a Guevara Lira, que era un arzobispo y que era senador.

Con Leon XIII se trae l’enciclica Rerum Novarum, como respuesta al surgimiento de un nuevo sujeto histórico, la clase obrera, que se convertía en masa y construía un mundo nuevo. Una institución como la Iglesia, consciente de su papel y de la necesidad de renovarse en el mundo, necesitaba acogerla, reconocerla y disciplinarla. La Rerum Novarum era, por lo tanto, también un contraataque al socialismo. ¿Qué opina?

La Rerum Novarum llama a la parte más moderada a la cual se relaciona, porque ahí habla del obrero, de los trabajadores. Por primera vez vemos a la Iglesia Católica abordar el tema de lo social, del obrero, del trabajo. Y de ahí viene el socialcristianismo o la democracia cristiana. Yo creo que se leyó a Marx y vio que, en ese momento, la idea de Marx eran las que estaban despuntando. Y la Iglesia puso atención e incorporó este giro en su discurso la idea marxista. Eso es lo que yo creo, del análisis que yo hago de mi investigación. Tu sabes que el Papa León XIII es conocido como el «Papa de las Encíclicas» por el enorme número de documentos magisteriales que publicó durante su largo pontificado. Las fuentes concuerdan en que escribió 86 encíclicas. Esto lo convierte en uno de los papas más prolíficos en términos de documentos de esta naturaleza, que abarcan desde temas teológicos y espirituales hasta cuestiones políticas y, sobre todo, sociales, como la célebre Rerum Novarum (1891). Esta es la fundamental que tiene que ver con lo social, con lo político. Bueno, José Gregorio no estuvo involucrado en nada de eso. De hecho, él era muy amigo del Monseñor Castro, que terminó siendo arzobispo de Caracas y la máxima autoridad eclesiástica en el país. Y yo me imagino que ellos lo podrían conversar en tertulia. La llegada de este Papa, la salida de la gente. Claro, si tú eres un apasionado de la teología y el Papa lanza estas encíclicas, me imagino que entre ellos… Pero me imagino que era un debate. Primero porque José Gregorio es un sabio, un tipo inteligente, un hombre filósofo, un hombre que está muy claro, pues, un hombre inteligente y además culto. No, es que te voy a ser sincero. Yo creo que a José Gregorio Hernández le borraron muchas historias porque había que hacerlo políticamente correcto. Eso. Porque era peligroso para muchos sectores. Creo yo. Esto es una visión mía.

¿Porque lo piensa?

Porque primero tenía una inmanencia, era un tipo con mucha, no sé cómo decirlo, con una influencia muy grande. Hablaba con palabras muy sabias, era un tipo con una capacidad de convencimiento impresionante. Muy disciplinado, un tipo muy… y yo creo que fue una amenaza para muchos. Ya yo le he encontrado, le he visto algunos enemigos que tenía. Y yo decía, ¿cómo un hombre tan bueno puede tener enemigos? O sea, yo voy a hacer una película y necesito un protagonista y un antagonista, ¿verdad?

Claro.

Bueno, hay varios antagonistas.

¿Me puedes hablar un poco de eso?

Bueno, no, porque yo no voy a hacer spoiler de mi película. Porque la estoy trabajando…

¿Y cuál ha sido la cantidad de fantasía, de invento, de cuento que ha tenido que poner en esta película?

Siempre el cine de ficción tiene que dar más o menos volumen a algunos dramas, es nuestro trabajo. De alguna manera, entretener. O sea, que la gente aprenda de historia entretenidamente. Pero también a nosotros nos toca decir verdades. A nosotros nos toca, a los cineastas, decir verdades, decir cosas. Decir cosas que pueden ser políticamente incómodas o socialmente incómodas. Y se plantean. O sea, y nosotros las planteamos. Creo que es nuestro trabajo fundamental. Y es algo que, bueno, es lo apasionado de este trabajo.

¿Qué tiene que decir al presente el episodio de José Gregorio Hernández que decide alistarse cuando Cipriano Castro se opuso a las potencias mundiales de la época?

Sí, cuando nos invadieron, cuando nos bombardearon. Bombardearon Puerto Cabello. Hubo un intento de invasión, como está ocurriendo hoy día. José Gregorio fue a defender a su patria. Es un patriota. Los venezolanos tenemos eso en el alma. O sea, los venezolanos tenemos esa estirpe. El que haya crecido bajo la influencia de un ser tan inmenso como Bolívar, como Simón Bolívar, no puede ser menos. O sea, de verdad, se tiende a ver a la gente que es religiosa o que va a la iglesia, a verlos como santurrones o como idiotas. Y es una percepción muy equivocada. O sea, tú podrás ser muy religioso, tú podrás tener una pasión. A ti te puede gustar lo que tú quieras en la vida y ser apasionado con eso. Pero eso no quiere decir que tú seas tonto o que seas ignorante porque no te guste o no algo. Eso no ocurre. En el caso de los venezolanos particularmente… Yo te digo una cosa: cuando yo oí, por ejemplo, en esto de hoy que este señor nos quería invadir, yo llamé a ver dónde yo me podía alistar antes de que convocaran a nadie. Yo fui por mi propia iniciativa y así amigos que no son políticos y que no militan en la fila política donde yo milito, dijeron: esto no puede ser. O sea, yo me anoto, porque soy patriota, más allá de ser políticos partidistas o militantes de una causa. Nosotros todos los venezolanos, excepto algunos casos como los conocemos, que son vendepatrias, traidores, le podemos decir una cantidad de adjetivos que son muy pocos, y yo creo que eso pasa en todo el mundo, pero en Venezuela particularmente, yo te diría el 99%. Hoy día hay gente que puede estar confundida y puede tener confundido el concepto de patria. Pero en la patria de Bolívar es muy difícil que tú tengas diluido el concepto de patria, ¿ves? Nosotros somos patriotas porque además eso costó la vida de más de la mitad de nuestra población durante la guerra de independencia . A nosotros nuestra independencia nos costó mucho más que la mitad de la población. Y como dijo Bolívar, y se lo dijo a Irving, estamos dispuestos a perder la otra mitad por la libertad. O sea, los que estamos vivos y estamos aquí, estamos dispuestos a perderla si se agrede al país. Entonces José Gregorio, como te digo, un hombre multifacético, un artista, tipo que era músico, aprendió a tocar, tenía el concepto de patria, un hombre culto, un hombre que yo estoy seguro que debe haber oído más gente que en su colegio, además, se llamaba Colegio Villegas, como tú lo dices. Y ahí habían patriotas, muchos. O sea, profesores patriotas. El director era un patriota, se llamaba Guillermo Tell Villegas. Era un tipo, un patriota, liberal, tal, pero un patriota. Y yo, bueno, me identifico con algunos conceptos de los que he investigado, ¿no? Bueno, y toda esta investigación, sobre todo lo de la parte teológica y del catolicismo, lo he hecho para estudiar a José Gregorio, para entender a José Gregorio. Porque, ¿cómo tú entiendes a José Gregorio si no entiendes cuál era su pasión? Es como el que quiere hablar de mí sin aprender de cine.

¿Y usted crees en los milagros?

Yo creo que sí. Ahora, no lo veamos como un acto mágico. Yo nací cristiano, mi mamá me bautizó, con comunión, todos los juguetes, como decimos aquí. Ahora, pero yo siempre fui agnóstico. Agnóstico, te digo porque no andaba militando en ninguna religión, ni en la católica. Yo siempre le decía jugando al que me preguntaba si era religioso, me decía, ¿tú eres ateo? Y le digo, sí, gracias a Dios. ¿Por qué gracias a Dios? Porque yo fui a la iglesia teniendo diez años, fui con un amigo, un amigo que iba a la iglesia y lo acompañé. Yo vengo de una familia católica. Entonces, voy y lo sigo. Y nos vamos a la iglesia. Y yo hago lo que él hace. Entonces, cuando entro a la iglesia, él se sienta y yo me siento. Se persigna y yo me persigno. Él se va al confesionario y yo espero. Cuando él se levanta del confesionario, voy yo. Y yo cuando me pongo de rodillas, que yo no, como yo no era practicante, me arrodillo y le digo, «Buenos días». Y el hombre se ofendió, el cura que estaba allí. ¿Por qué? No se dice buenos días. Tú tienes que decir una contraseña religiosa. Yo no sé, yo no lo recuerdo, pero se queda así. Bueno, el cura me armó el zaperoco. Me armó un tremendo rollo. ¿Cómo puede ser que tú…? Y me castigó a orar no se cuantos padrenuestros, fue tan desagradable. Más nunca volví a la iglesia. O sea, perdieron una ocasión… Yo estaba dispuesto, había estado ahí. Y más nunca volví, ¿por qué? La formalidad. Yo de ahí empecé a decir, bueno, el que quiera tener conexión con Dios, la tiene propiamente.
Ahora, creo en los milagros porque nosotros, por ejemplo, en este país vivimos de milagro en milagro. Sí, de verdad. Y mira, yo te digo, he visto cosas que de verdad no las he explicado, he visto cosas que no las he explicado, no las puedo explicar.

El capitán Diosdado Cabello, recién contó de algunas visiones que tuvo cuando fue al borde de la muerte por el Covid-19, ¿se acuerdas?

… Por ejemplo, y es una experiencia mística. Yo he visto otras, cada quien con la suya. Ahora, yo creo que, mira, te voy a decir una cosa. El humano, la fuerza del espíritu es muy grande. Uno no puede venir a decir esto es así, esto no es así. O sea, yo respeto mucho eso y respeto mucho la espiritualidad. La respeto mucho. Y después que he estudiado a San José Gregorio Hernández, lo he vivido. Tú sabes que nosotros cuando construimos, cuando investigamos una película y es un personaje biográfico, tú tienes que vivir el personaje. De verdad. Si tú no vives el personaje, no lo entiendes. O sea, por ejemplo, yo me conecté con José Gregorio porque de niño se le murió a la mamá, a los ocho años. Pero yo a los cinco años dejé de ver a mi mamá. Y la vi cuando tenía ocho años. Un niño de cinco años sin ver a mi madre, el dolor que yo sentía lo vivo, lo recuerdo ahorita. La ausencia de mi mamá para mí fue terrible. Muy doloroso. Y yo ahorita lo veo a José Gregorio. Imagínate, mi mamá no se había muerto y yo le mandaba cartas. Y entonces me comunicaba, me acuerdo, cuando yo escribía las cartas, la vivía. Conversaba con ella a través de las cartas, cuidaba no tener errores ortográficos porque ella me enseñño a leer cundo yo tenía cuatro años y era una de las cosas que me conectaban con ella, quería que estuviera orgullosa de mi. Yo estoy seguro que la oración es igual. Cuando tú oras y tú pides y tú te comunicas con alguien que tú quieres, tú vives el momento. Cuando tú le estás escribiendo, porque tú eres una generación que tienes que haber escrito alguna carta con emoción, ¿verdad? Hablando con la persona a la que que le estás mandando esa carta. Bueno, yo lo hice de niño. Yo me comunicaba con mi mamá, le escribía. José Gregorio se comunicaba con su mamá en oración. Yo me comunicaba con la mía epistolarmente, en cartas, pero el afecto es igual. Bueno, él tuvo su ausencia y yo tuve la mía. Y yo conecto con José Gregorio ahí. Y ahí empiezo a seguir con él, creciendo como personaje. Y te digo, vale, que me identifico mucho, me encanta. Primero la perseverancia de José Gregorio. Lo que él creía, ¿no? Me maravilla. Es decir, una persona puede ir, la vida la puede tener más signada para el futuro por una fe o por una creencia tan arraigada. Hubo mucho contraste por la beatificación de José Gregorio Hernández. Mucho tentativo de la extrema derecha de sacar provecho también de eso, pero no lo pudo porque el mensaje de José Gregorio Hernández es de paz y de unión. ¿Y tú sabes cómo decimos nosotros aquí, en Criollo? Cuando no es fiesta el domingo?

¿Usted ha investigado también lo que sucedió después de la muerte de José Gregorio Hernández, la gestión de su figura por parte de la Iglesia y los obstáculos interpuestos a su santificación?

No, sinceramente, fíjate que ni siquiera he investigado los milagros. No, para mí es el personaje.

¿Qué tipo de cine hace Rubén Hernández y de dónde le viene esta pasión?

Te voy a decir una cosa. Yo soy un hombre obsesionado con la justicia. Y soy un hombre que me gusta la política, yo soy un político. Tengo una visión política muy clara. Y también una visión de la justicia. Entonces, en todas mis películas siempre busco la verdad. Siempre. Yo puedo hacer un thriller político y puedo hacer la vida de José Gregorio Hernández con el absoluto respeto de un personaje como este, o respetando la biografía de quien la vaya a hacer o la está haciendo. Por ejemplo, yo en personalidad de trabajo investigué a Bolívar. Pero son personajes que al final terminan teniendo un contenido político, histórico. En el caso de José Gregorio es distinto, ¿no? Bueno, me he encontrado con las dos cosas. Una, con ese personaje maravilloso, pero también con muchas injusticias que le han cometido durante la historia. Me he dado cuenta encontrándolo en la verdad del cine.

 

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